Namah Shivaya: Significados del mantra

 

LOS CINCO ELEMENTOS: Na es la tierra, Ma es el agua, Si es el fuego, Va es el aire y Ya es el espacio. Así, en la entonación del mantra, todos los seres de la tierra y el mundo material, que están formados por estos elementos, son honrados.

 

EL PROCESO DE REALIZACIÓN: Na es la ilusión que cubre el conocimiento; Ma es el mundo, que surge de esta ilusión; Si es Shiva, el Dios por cuya adoración uno puede liberarse; Va es la Gracia por la cual uno obtiene el conocimiento; Ya es el alma purificada por esta Gracia. De tal modo todo el proceso de velación del conocimiento, sadhana y revelación es contemplado en este mantra.

 

EL ALFABETO SÁNSCRITO: Según el Thirumantiram, las cincuentaa letras del alfabeto sánscrito se hallan contenidas en las cinco sílabas del mantra en grupos de diez. Por ello, Namah Shivaya es el origen de todas las letras y posibles vocablos del idioma sánscrito.

 

SHIVA Y SHAKTI: Mientras que el mantra parece adorar sólo a Shiva, también la esposa del Señor se halla contenida en el mantra. La sílaba Si es Shiva, mientas que la sílaba Va es Shakti. Na y Ma significan: “na mama”, es decir, “no para mí”. Ya significa “a ellos”. Entonces, el mantra es la negación del ego. “No para mí, sino para Shiva y Shakti”.

 

EL CUERPO DE SHIVA: Los pies de Shiva son la letra Na; Su ombligo, la letra Ma; Sus hombros, la letra Si; Su boca es la letra Va; Su coronilla, la letra Ya. De este modo, toda la Divina Forma de Shiva está contenida en Su mantra.

 

Estos son solamente algunos de los significados del mantra. Su detallada exposición sería imposible incluso en miles y miles de líneas de texto. Es inútil discurrir demasiado sobre la grandeza del Divino nombre de Shiva. La única manera de comprenderlo es sentirlo. ¡Que el Señor Shiva nos bendiga con devoción a Su nombre! ¡Om Namah Shivaya!

 

Shloka:

 

Asita-giri-samaṃ Syāt Kajjalaṃ Sindhu-pātre,

Sura-taruvara-śhākha Lekhanī Patramurvī.

Likhati Yadi Gṛihītvā Śharada Sarva-kālaṃ,

TadapiTava Guṇānām-īśha Paraṃ Na Yāti.

 

Oh, Shiva, si las negras montañas fueran tinta, el Océano el tintero,

la rama del árbol de los deseos fuera un lápiz, la tierra la hoja para escribir,

y si la misma diosa del Conocimiento tomase todo esto, y escribiese por

toda la eternidad, aún así el total de tus virtudes no podría ser expresado.