Algunos aspirantes espirituales tratan de alcanzar de inmediato la meditación en el Absoluto Inmanifestado. Especialmente en esta época, tristemente, muchos se acercan a la meditación desde su cima y no desde su base, resultando en que su mente no está preparada y divaga de un lado a otro, de modo que el practicante pierde confianza o se decepciona, y abandona la práctica. Es importante conocer ejercicios de meditación que ayuden a concentrar la mente antes de lanzarse a intentos vanos de captar lo indescriptible. Así, primero uno debe practicar la meditación en la Forma, llamada meditación saguna.
La práctica es la siguiente. Uno debe sentarse en meditación, poniendo al frente una imagen o pintura de su Divinidad amada. No deben cerrarse los ojos de inmediato, al contrario, el practicante se concentrará suavemente en la imagen, hasta que las lágrimas corran por sus ojos.
Uno pasará la mirada por todos los atributos de la deidad. Por ejemplo, si la divinidad es Ganesha, puede llevar su mirada a sus pies, regordetes y hermosos, su gran barriga, sus manos sujetando la golosina y haciendo el gesto de bendición, y las joyas en su pecho; después recorrerá su larga y elegante trompa, su dulce mirada y sus orejas. En este punto, uno puede concentrarse únicamente en su gran cabeza de elefante. Esto se repetirá varias veces, una y otra vez. Está permitido mover la atención por todas las partes de la imagen, pero no salirse de ésta. De este modo, la atención se enfoca en un círculo cerrado, y la mente se concentra en una sola idea, al mismo tiempo que no se sentirá constreñida, al permitírsele moverse.
Tras hacer esto durante algunas veces, el practicante cerrará por fin los ojos, y repetirá la misma actividad, manteniendo la imagen en su mente. SI se perdiera en otros pensamientos, abriría los ojos, y volvería a la práctica anterior. De este modo entrena la mente, que más tarde o más pronto se concentrará únicamente en la Divinidad.
Así como otras meditaciones son arduas en su práctica, esta es de gran deleite para aquel que siente devoción hacia su Dios. El devoto se derretirá de amor ante la imagen de su Divinidad, y deseará continuar la práctica por más tiempo. Además, la meditación en Dios expande la consciencia de tal modo, que lleva fácilmente al aspirante hacia la meditación en lo Abstracto e Inmanifestado. Tan poderosa es esta técnica, que no se puede decir que sea inferior a la meditación sin forma o nirguna. Muchos santos de la antigüedad han alcanzado la meta suprema meditando en Dios. Es el camino más fácil. Hazlo a partir de ahora, y cambiará tu vida.
Shloka:
Om Iśāvāsyam-idaṃ Sarvaṃ
Yat-kiñca Jagatyāṃ Jagat.
Tena Tyaktena Bhuñjīthā Mā
Gṛdhaḥ Kasyasvid-dhanam.
El universo entero está envuelto en la Gloria de Dios. Así, por la renunciación, halla gozo en lo eterno. No codicies lo que es del otro.
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Erika (miércoles, 03 abril 2019 13:41)
Esta publicación es maravillosa y de gran ayuda para los principiantes de yoga. Ojala siempre este esta ayuda