El noveno día del mes de Chaitra se celebra la festividad de Rama Navami, que conmemora la aparición del Señor Rama, el avatar del Señor Vishnu. En Su honor, compartimos este bello artículo de Sri Swami SIvananda sobre Rama Navami, con importantes consejos sobre la práctica del Bhakti Yoga o Yoga de la Devoción ¡Jai Sri Ram!
¡Om Sri Ram Jai Ram Jai Jai Ram!
Salutaciones al Señor Rama, encarnación del Señor Vishnu, quien es inmensurable, que es de la naturaleza de la pura Consciencia y Bienaventuranza, que es el consorte de Sita, el Maestro de Sri Hanuman, y el Señor de los tres mundos, que tomó nacimiento por Su propia voluntad para establecer la rectitud, destruir al malvado y proteger a Sus devotos.
Rama Navami o el nacimiento del Señor Rama cae en el noveno día de la quincena creciente del mes de Chaitra (Marzo-abril). Rama era el mismo Señor Hari, encarnado en la tierra para la destrucción del demonio Ravana. Él era fuerte, hermoso y adornado con las marcas reales. Su gloria y proezas fueron ilimitadas. Él fue inigualable sobre la tierra. Estaba libre de toda malicia. Era gentil. Era el protector de todo Su pueblo. Él siempre se dirigía a ellos con palabras dulces. Jamás usaba palabras duras incluso si alguien le provocaba. Él llevó el equilibrio al mundo entero.
Que el Señor Rama sea tu ideal. Los ideales son recordados y adorados con el propósito de adoptarlos en tu propia vida. La celebración del Rama Navami o de Vasanta Navaratri cada año es un período oportuno para nosotros, para llenarnos con el espíritu del Señor Rama. Amamos y adoramos a nuestros ideales porque así expresamos nuestro anhelo de unirnos con ellos. En nuestra adoración a Dios, está implícito que debemos ser virtuosos, buenos y perfectos, incuso tanto como Dios lo es. De ahí la instrucción del sabio: “Uno debe volverse divino para ser apto para adorar a Dios”. Uno no puede ser un verdadero adorador del Señor Rama a menos que haga un honesto intento de adoptar las virtudes que el Señor representa. Por otro lado, adorar al Señor Rama es en sí mismo un medio seguro para desarrollar tales virtudes. Aquel que se acerca al Señor Rama con amor y devoción se vuelve grande de corazón, puro de espíritu, de naturaleza bondadosa y desapasionado de acción, palabra y pensamiento. Un verdadero devoto del Señor Rama es Su representante, con Su poder y Su conocimiento.
El Señor Rama fue el príncipe de la estirpe de Ikshvaku. Era virtuoso y fuerte. Era el Señor de la mente y los sentidos. Bravo y valiente, y aún así gentil y modesto. Él era un sabio aconsejando, bondadoso y dulce en su discurso, y cortés y bello en apariencia. Él era el dueño de todas las armas divinas, y un gran guerrero. Siempre dedicado al bien y la prosperidad de Su reino y Sus súbditos, fue el defensor del débil y el protector del virtuoso. Dotado de gran poder mental, era largamente versado en todas las ciencias -tanto en la ciencia militar como en el Conocimiento del Ser-. Insondable y profundo como el océano, firme e inamovible como las montañas del Himalaya, valiente como el Señor Vishnu, Él era la joya de Su madre Kaushalya. Aunque fiero como el fuego en el campo de batalla, era tranquilo como la brisa fresca de las colinas de Mandara, paciente como la Madre Tierra, generoso como el Dios de la riqueza y recto como el mismo Dios de la justicia. En las penas y llantos de Sus súbditos, Su corazón rápidamente simpatizaba con los sufrientes. En los momentos festivos de gran alegría para ellos, Él como un padre compartía sus alegrías. Por Su honor y heroísmo, así como su gentileza y amor por Sus súbditos, Él se hizo grandemente amado en los corazones de Su gente. ¡Tan gran personalidad fue el Señor Rama!
El Señor Rama fue el mejor de los hombres, de carácter inigualable. Él era la misma imagen del amor. Él fue el hijo ideal, el hermano ideal, el esposo ideal, el amigo y el rey ideal. Él encarna los más altos ideales del hombre. Llevó la vida ideal de un hogareño para enseñar los principios de la rectitud a la humanidad. Reinó tan bien sobre Su pueblo que éste pasó a llamarse el Rama-Rajya, que significa el reinado de la virtud, el reinado que proporciona prosperidad y felicidad a todos. La más noble lección presentada en el Ramayana es la suprema importancia de la rectitud en la vida de cada ser humano. La rectitud es la chispa de la vida espiritual. Cultivar la rectitud es el proceso de descubrimiento de la Divinidad latente en el hombre.
La gloriosa encarnación del Ser Supremo en la forma del Señor Rama dio ejemplo de la senda de la rectitud. Que la humanidad siga Sus pasos y practique los ideales apreciados por Él, pues sólo así logrará paz duradera, prosperidad y bienestar en el mundo.
Nadie más que el virtuoso puede ser verdaderamente feliz. Nadie sino quien tiene un sentido correcto del deber y voluntad de llevarlo a cabo puede decirse que vive dignamente. Uno debe imbuirse de una gran convicción de la supremacía de los principios morales, valores éticos e ideales espirituales. Esto debería guiar nuestras acciones diarias y servir como guía en el desarrollo de la personalidad humana. Tal es el propósito de la vida. Tal es el camino de la auto-realización. Tal es el mensaje y la misión de la vida del Señor Rama en la tierra. Para un devoto, el Señor Rama no es simplemente una persona buena y grande, sino el mismo Dios. Rama fue el hijo del rey Dasharatha de Ayodhya, pero Él es también el Divino Omnipresente, Omnisciente y Omnipotente Dios. La destrucción del demonio de diez cabezas, Ravana, significa la aniquilación de la mente o los diez sentidos. Adorar al Señor Rama es adorar al Todo-penetrante Señor Supremo. Lee las oraciones ofrecidas por Mandodari y Brahma en el Yuddha Kanda del Ramayana. Ellos se refieren a Rama como el Uno, Creador del Universo, el Dios de todos, el Rey del Universo.
La devoción a Dios no es una simple emoción. Es el resultado de un intenso desapego y pureza de corazón y actitud. Debes dar lo mejor de ti para poseer las buenas cualidades que son exaltadas en el Ramayana y ejemplificadas en la vida del Señor Rama. De otra forma, la emoción puede que surja en ti temporalmente como un tipo de éxtasis, pero no experienciarás la Consciencia Divina de ese modo. La devoción es una fruta que madura gradualmente por el proceso de la auto-moderación y la virtud. Sin intenso desapasionamiento no puede haber verdadero Sadhana para la auto-realización. Sólo después de desapegarte del mundo material es posible alcanzar al Señor Supremo. Recuerda esto.
Te diré la manera de alcanzar el final del ciclo de nacimientos y muertes. La devoción al Señor Rama es un gran purificador del corazón. De la devoción surge el conocimiento. Del conocimiento surge la realización del Ser puro. Conociéndolo perfectamente, uno alcanza la Morada Suprema y se une al Ser Supremo. Sin desarrollar primero devoción al Señor Rama, quien es el Ser, quien vive en los corazones de todos los seres, quien es todo Bienaventuranza y sin mácula, ¿cómo cruzará el hombre el océano de la vida mundana cuyas olas son dolor, sufrimiento y miseria? Por tanto, adora al Señor Rama quien es Vishnu, el esposo de Sita, quien es Lakshmi. Abandona toda necedad y enemistad. Ocúpate en el servicio de Rama. EL Señor es extremadamente afectuoso con aquellos que se han rendido a Él. Él ha prometido en el Ramayana: “A aquel que sólo una vez toma refugio en Mí y dice: Soy Tuyo, Yo le librare de todo temor a cualquier ser. Este es Mi voto”.
Incluso un gran pecador lleno de malas cualidades y dedicado a robar la riqueza de los demás, es liberado de todas las faltas cometidas en su vida mundana sí sólo recuerda siempre al Señor. El Nombre del Señor Rama es el más grande purificador del corazón. Limpia todos los pecados. No sólo eso, sino que se lleva también todas las malas tendencias. El Nombre es más dulce que el más dulce de los objetos. Es la morada de la paz. Es la misma vida de las almas puras. Es el purificador de todos los que purifican. Enciende el fuego que consume los deseos mundanos. Despierta el conocimiento de Dios. Sumerge al aspirante en el océano de la Dicha Divina ¡Gloria a Sri Rama y Su Nombre!
¡Oh, devoto! Recita Su Nombre, canta Su gloria y sirve Sus Pies de Loto. Entroniza en tu corazón al Señor Rama de piel oscura, cuya imagen se refleja en el corazón del Señor Shiva. Bendecida es el alma piadosa que bebe ininterrumpidamente el néctar del nombre de Rama, el cual ha sido extraído del océano de los Vedas, el cual destruye las impurezas de Kaliyuga o la era de hierro; el Nombre que vive constantemente en los labios del Señor Shiva, el cual es el remedio soberano o cura infalible para la existencia mundana, y que es la mima vida de la Madre Sita. El Nombre de Rama quema la ignorancia, la pasión y el pecado. Con o sin conocimiento, correcta o incorrectamente, cuando la palabra “Rama” es pronunciada derrama una lluvia de bondad sobre el devoto. Sri Rama es el Brahman que lleva a uno más allá del océano de la existencia mundana. Rama es Aquel en el cual los yogis se placen, es decir, el Ser interno.
El Señor Shiva dice a Su esposa Parvati: “Este Nombre de Rama ed igual a repetir los Mil Nombres del Señor, o la repetición del mantra mil veces”.
Oh, amados buscadores! El tiempo vuela. Conoce el valor del tiempo. El tiempo es lo más precioso. Aprovecha cada segundo. No procrastines. Abandona toda la charla ociosa. Olvida el pasado. Vive cada momento de tu vida para la realización de la divina meta e ideal. Despierta tus facultades latentes. Crece, evoluciona y vuélvete un super-humano o un yogi dinámico. Trabaja duro y alcanza la meta de la vida. ¡Que alcances la beatitud final a través de la intensa devoción al Señor Rama! ¡Que vivas inmerso en el éxtasis del Amor Divino! ¡Que el Señor Rama, refulgente como un millón de soles, y que es adorado por los Dioses te proteja! ¡Que las bendiciones de Rama caigan sobre todos!
Shloka:
Nīlāmbuja-śyāmala-komalāṅgaṃ,
Sitā -samāropita -vāma - bhāgam.
Pāṅau Mahā-sāyaka-cāru-cāpam,
Namāmi Rāmaṃ Raghu-vaṃśa-nātham.
Me inclino ante Rama, cuyo color de piel se asemeja a un loto azul oscuro, de cuerpo delicado, quien tiene a Sita sentada a su izquierda, quien lleva consigo el poderoso arco y la flecha en su mano, quien es el Señor, nacido del linaje de Raghu.
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