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Yoga: una ciencia que nos conduce a Dios (por B.K.S. Iyengar)

El Yoga es una ciencia que trata de la salud del cuerpo y de la armonía de la mente y la consciencia. Este adiestramiento del cuerpo y la consciencia conduce a la experiencia de la tranquilidad eterna del Sí Mismo. Por eso, el Yoga abarca a todo el ser humano para su evolución desde la base, el cuerpo, hasta el final último, el Sí Mismo.

 

Pese al desarrollo de las diversas ramas de la medicina para las enfermedades físicas y emocionales, la administración de medicamentos en sí misma no libera al ser humano de la multitud de dolencias que padece la carne humana. La salud es un perfecto estado de equilibrio de todo el sistema humano. Ha de alcanzarse mediante una pura y dura labor discriminadora, junto con observancias éticas.

 

El cuerpo es la morada del Sí Mismo, y no obstante, es el instrumento más maltrarado por el ser humano. El cuerpo cuenta con un asombroso poder de recuperación. Sabiendo esto, dirijamos nuestra inteligencia y apresurémonos a cambiar nuestro enfoque y hábitos a fin de reeducarnos por completo adoptando la alimentación adecuada, los yogasanas y el pranayama correctos, y capacitemos a la consciencia a fin de que se mantenga libre de envidia y de pensamientos negativos para alcanzar un estado saludable. Esta forma de reeducación consigue salvaguardar la fuerza vital para poder realizar la fuente del ser.

 

El cuerpo es el santuario en el que mora la Chispa Divina. Tanto si es para disfrutar en la vida (bhoga) como para liberarse del sufrimiento (moksha), el cuerpo debe cuidarse.

 

Según los Vedas, no hay paz ni felicidad sin salud. Estas Sagradas Escrituras proclaman que el atma (alma) es inalcanzable para aquellos que están débiles. EL Buda dijo que el don mas grande es la salud. Si ésas son las palabras de los inmortales, ¿no es nuestro deber esforzarnos constantemente en el cuidado de este cuerpo, un don divino? El Señor Patañjali insiste en que sólo los esfuerzos persistentes, prolongados e ininterrumpidos, llevados a cabo con advertencia (atención, plena consciencia) pueden conducirnos a esa perfección incondicionada del cuerpo y la conscienci en la que desaparece toda división de cuerpo, consciencia y sí mismo individual. Ésta es la esencia de un sí mismo sólido y una mente lúcida, en un cuerpo firme.

 

Patañjali analiza en detalle las causas que provocan desarmonía en el cuerpo y la mente, y que llevan al ser humano a la desdicha y la infelicidad. Se dice que las nueve formas de obstáculo son:

 

  • Enfermedad (vyadhi)
  • Pereza mental (styana)
  • Duda (samsaya)
  • Negligencia (pramada)
  • Pereza física (alasya)
  • Indisciplina de los sentidos (avirati)
  • Opiniones erróneas (bhrantidarshana)
  • Falta de perseverancia (alabdhabhumikatva)
  • Retroceso (anavasthitatva)

 

Los síntomas son el dolor (dukha), la desesperación (daurmanasya)la inestabilidad corporal (angamejayatva) y la respiración irregular (shvasaprashvasa)

 (Y.S. I.30-31)

 

Todo el mundo cuenta con uno u otro de los impedimentos mencionados. Hay que pensar y trabajar a fin de superar estas causas de infelicidad para obtener una paz imperturbable. Patañjali señala los medios mostrando tres tipos de disciplina: moral, física y mental. La disciplina moral es de dos tipos: ética individual y social.

 

Las disciplinas moral, física y mental consisten en la práctica de posturas (asana) y la respiración rítmica (pranayama). Prana significa respiración y ayama significa alargar. Estas dos disciplinas tonifican y ayudan a cultivar la ética individual junto con la social, y la salud física y mental, a fin de vivir y dejar vivir.

 

Según los Yoga Shastra (Textos yóguicos), hay tantos asanas como especies vivas. Sus nombres siempre tienen un significado. Van desde insectos y reptiles hasta sabios y encarnaciones de Dios. Apuntan a la unidad esencial de la vida, expresando la misma Esencia Divinaque lo permea todo. La práctica de asanas y de pranayamaayuda a hacer circular sangre oxigenada por todas las partes del cuerpo y a eliminar toxinas del sistema.

 

Tras pasar por las disciplinas morales y físicas, uno esta preparado para practicar las mentales. Son el repliegue de los sentidos y la emancipación del dominio de los tentadores objetos externos. Aquí empiezan los aspectos sutiles del Yoga (dharana, dhyana y samadhi) para la realización de la Esencia Divina (Paramatman) en nosotros.

 

Si no nos ocupamos del cuerpo, entonces entrarán en este templo de Dios, profanándolo, las huestes de la aflicción y la infelicidad, bajo la forma de enfermedades. Si permanecemos vigilantes, las enfermedades y otros males no deberían acercarse. Por eso se enseña Yoga a fin de alcanzar una salud perfecta y una buena vida que le lleven a uno hacia Dios con una alegría incesante y perdurable.

 

Shloka:

 

tasmāt sarveṣu kāleṣu

mām anusmara yudhya ca

mayy arpita-mano buddhir

mām evaiṣyasy asaṁśayaḥ

 

Así pues, recuérdame sólo a Mí en todo momento y lucha. Si tienes la mente y el intelecto fijos en Mí, sin duda sólo vendrás a Mí.

 

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