En los Yoga Sutra de Patañjali, en el Sutra I.7, se nos presentan las fuentes del conocimiento correcto. El conocimiento correcto o Pramana es aquella función de la mente por la que podemos adquirir información veraz, útil en la práctica del Yoga y verdadera.
Así, según patañjali, los medios para conocer la verdad son los siguientes:
Pratyakṣānumānāgamaḥ pramāṇāni
Las fuentes de conocimiento correcto son: Percepción directa, inferencia y testimonio autorizado (o sagrado).
PRATYAKSHA: Pratyaksha es percepción directa. Este es el modo más directo de conocer la realidad. Es interesante ver que, literalmente, Pratyaksha significa “delante de los ojos”. Es decir alude a la percepción que podemos adquirir a través de los sentidos. No necesitamos a nadie que nos diga que el cielo es azul, o que el agua es húmeda. Basta con mirar el cielo o tocar el agua e inmediatamente, incluso aunque no comprendiéramos las palabras “azul” o “húmedo”, conoceríamos las cualidades de estos objetos. En el terreno del Yoga es todo aquello que llegamos a sentir a través de la práctica, ya sea en el caso de practicar un asana o postura, o en cualquiera de las demás ramas del Yoga.
ANUMANA: Anumana significa inferencia. Esto es un tipo de deducción de algo que no podemos percibir directamente a partir de una pista o indicio que nos da la clave para deducir su existencia. Por ejemplo, si vemos humo en alguna parte, sabemos inmediatamente que hay fuego en ese lugar, aún cuando no vemos el fuego. Si entras en una habitación y ves las gafas de tu esposa y un libro en la mesa, sabrás que ha estado allí leyendo. Todo esto es inferencia. En la práctica del Yoga hay cosas que no podemos ver, como por ejemplo el prana o energía sutil, pero podemos inferir su existencia, ya que vemos sus resultados, tales como la circulación de la sangre, la respiración y otros. En estadios avanzados del Yoga podremos sentir estas energías directamente, pero por el momento podemos utilizar la inferencia.
AGAMA: Agama es el testimonio autorizado. Puede que no hayas visto algo y tampoco tengas rastros visibles de ello, pero si alguien en quien confías te lo dice, lo creerás. En el ejemplo anterior, puedes preguntarle a tu esposa dónde ha estado, y ella te responderá que en la habitación, leyendo. La creerás inmediatamente. Por supuesto, cualquier persona no puede dar testimonio autorizado. Si se lo preguntaras a cualquier persona no podrías estar seguro de qué ha estado haciendo tu esposa. De forma similar, el testimonio autorizado en Yoga se refiere a las palabras del Guru o del hombre santo, aquel que ha alcanzado la meta del Yoga. Debido a que ha experienciado directamente las verdades del Yoga es una fuente de información confiable. Incluso lo que dice el Guru debe estar en consonancia con las Escrituras. De este modo sabemos que su testimonio es verdaderamente autoritativo y no una mera invención.
Estos son, en breve, aquellos medios que tenemos para alcanzar la verdad en el Yoga. Puede surgir la pregunta: ¿por qué no confiar únicamente en pratyaksha, en lo que sintamos por nosotros mismos? ¿No deberíamos fiarnos únicamente de lo que podemos experienciar por nuestra cuenta? A fin de cuantas los otros dos medios de conocimiento son falibles y sujetos a error. Podría ser que los indicios en la inferencia tuvieran otra explicación, o que el testimonio del Guru no fuera de un verdadero Maestro, sino un engaño.
A esto responderemos que la percepción directa no es suficiente, ya que en los primeros estadios del Yoga, la mente y sus sentidos son tan falibles como todo lo demás. Al percibir algo podemos estar condicionados por nuestros deseos, agitación mental, tendencias mentales o creencias. Suponer que nuestra percepción es siempre correcta y objetiva es un ejercicio de gran arrogancia que nos impedirá avanzar en el camino del Yoga. Por esta razón, Patañjali, en su gran sabiduría, nos ha dado los tres medios de conocimiento válido. Es necesario que aquello que percibimos sea confirmado por la deducción lógica, y, más importante aún, por la aprobación del Guru y las Escrituras. Sólo entonces sabremos que vamos por buen camino.
Llegará un momento en el que ninguna de estas tres será necesaria, cuando, en profunda meditación, la mente sea trascendida y el estado de kaivalya o liberación se manifieste por la Gracia Divina. Mientras tanto, es vital que nos apoyemos tanto en nuestra propia experiencia, como en las Enseñanzas de los preclaros Yogis y Sadhus que alcanzaron el Estado Supremo.
Shloka:
jñāna-vijñāna-tṛptātmā
kūṭa-stho vijitendriyaḥ
yukta ity ucyate yogī
sama-loṣṭrāśma-kāñcanaḥ
El que está satisfecho con el conocimiento mental y permanece inconmovible en el conocimiento experiencial, que ha conquistado sus sentidos y para él es lo mismo un terrón de tierra que una piedra o una pieza de oro, ese es el verdadero Yogi.
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Carlos G Chiarotto (lunes, 23 septiembre 2019 10:45)
Que el estado de kaivalya o liberacion se manifieste por la Gracia Divina no corresponde al exacto pensamiento de Patanjali, ya que la concentración puede excluir a Ishwara e igualmente añcanzar la liberacion
Es mas, Asamprajñata Samadhi, que precede a Kaivalya prescinde por propia definicion de un objeto concentrativo previo. La iluminación discrminativa que surge como consecuencia de la detención total de la mente es la unica condicion.
Lo expresado es valido en el contexto de integrar el bhakti con los Yoga Sutras. Pero debe aclararse que ese concepto no surge del texto.