Se celebra, tras las festividades de la Diosa, el Vijaya Dashami (el día 7 de Octubre en España). Vijaya Dashami representa el triunfo de la luz sobre la oscuridad, la vida sobre la muerte. Son sobradamente conocidos entre los hindúes los eventos acaecidos en esta auspiciosa fecha. Tal día como hoy, el Señor Rama derrotó en batalla al cruel Ravana, rey de Lanka, restaurando así el orden del cosmos que había sido desequilibrado por éste. También se recuerda la victoria de Durga, la Diosa Invencible, contra Mahisha, el demonio-búfalo que aterrorizaba a los dioses. Sin embargo, hay otra historia tradicional que se recuerda con menos frecuencia: la historia de Kautsa y la ofrenda a su guru.
Kautsa era un joven Brahmán, que estudió bajo la enseñanza del sabio Vartantu. Cuando concluyó sus estudios, Kautsa quiso hacer, como era costumbre, una ofrenda a su maestro, en sánscrito dakshina, en pago por su instrucción. Vartantu dijo: “Hijo mío, has sido un buen estudiante. El saber que has sido bien instruido es la única ofrenda que necesito”. Sin embargo, Kautsa insistía una y otra vez en que deseaba ofrendar algo a su guru como agradecimiento.
“Si tanto lo quieres” dijo el maestro “puesto que te he enseñado catorce ciencias, me darás 10 millones de monedas de oro por cada una. Ve, y tráeme 140 millones”.
Kautsa fue en busca de oro. Recordó que muy cerca se hallaba la ciudad de Ayodhya, donde en aquel entonces gobernaba el rey Raghu Maharaj (un antepasado de Rama), quien era conocido por su gran generosidad, y por no negar jamás una petición a los brahmanes.
El joven brahmán fue ante el rey, y le hizo su petición. Raghu Maharaj acababa de hacer grandes ofrendas de oro a los sacerdotes locales, y no tenía suficientes monedas. Con el poder adquirido por los méritos de sus buenas obras, invocó a Indra, el rey de los dioses, y le hizo la misma petición. Indra pensó por unos momentos, y dijo “tendrás lo que pides, oh rey”. Indra llamó a Kubera, el tesorero de los dioses, y le ordenó que hiciera llover incontables monedas de oro sobre los árboles Apta (un tipo de pequeño árbol del norte de India) que crecían en Ayodhya.
Kubera fue tan generoso que el rey pudo recoger de las hojas del árbol Apta mucho más de lo que le pedía Kautsa. El joven brahmín pidió entonces al rey que conservase las monedas sobrantes, pero según la ley, un rey no puede aceptar ofrendas, tan sólo debe darlas. Así, Kautsa fue a ver a su guru Vartantu con cientos de millones en oro, pero el maestro sólo quiso aceptar los ciento cuarenta que había pedido.
Finalmente, Kautsa repartió los demás millones entre los habitantes de Ayodhya. Esto sucedió en el día de Vijaya Dashami. Debido a ello, desde entonces, en este día, es costumbre intercambiar entre los amigos y familiares las hojas del árbol Apta, llamadas también “hojas de oro”, para recordar el valor de la generosidad, y que toda dádiva es devuelta por los dioses con sabiduría y devoción.
Shloka:
kālena snāna-śaucābhyāṁ
saṁskārais tapasejyayā
śudhyanti dānaiḥ santuṣṭyā
dravyāṇy ātmātma-vidyayā
La tierra se purifica con el paso del tiempo, el nacimiento con los rituales de paso, los sentidos con la austeridad, las cosas materiales con la adoración y ofrendas a los brahmanes, la mente se purifica con el contentamiento, y el alma, con el conocimiento del Ser.
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