Uno de los obstáculos más arraigados y escurridizos en la senda espiritual es Samsaya o la duda. Por un lado, la duda no es un sentimiento totalmente negativo como el odio o la envidia, por lo cual es más difícil de detectar; por otro, vivimos en una sociedad que fomenta la duda. Hoy día todo se relativiza, hasta el punto de cuestionar cada principio moral, ético, religioso o espiritual. Así, es muy difícil mantener el enfoque mental en la meta.
La duda es una modificación del miedo. El aspirante teme lo que sucederá si hace tal o tal cosa, o lo que no sucederá si deja de hacer esto o lo otro. Esto bloquea su actividad (por lo cual no llevará a cabo su sadhana) y ocupa su mente con dudas y reflexiones (con lo cual será incapaz de meditar).
Hay que aclarar que la duda es algo natural en el ser humano e incluso positivo a veces. Cuando es manejada con destreza, la duda nos convierte en seres prudentes, que no hacen las cosas excepto después de haber reflexionado sobre sus distintos aspectos. Tal persona decide siempre sabiamente. En realidad podemos decir que hay dos tipos de duda; la duda “positiva” termina siempre en decisión. La duda que bloquea, siempre permanece. No permite a quien la padece hacer nada. Tal persona vive su vida en un mar de indecisiones sin llegar nunca a realizar nada.
También hay un aspecto de la duda que es la tendencia constante a cuestionarlo todo. Esto es tan negativo para la práctica espiritual como la fe ciega sin razón. Un cuestionamiento constante de todas las enseñanzas no hace sino reforzar las barreras del ego. El aspirante cree que su razón es suprema y por eso, constantemente encuentra fallas e incoherencias en las palabras del Guru o las Enseñanzas. Debido a que, para lograr los estados de meditación y samadhi, debemos buscar un enfoque unidireccional en el Ser o Dios, este hábito no hace sino desviar la mente del sadhaka.
Puedes saber si la duda es un problema para ti:
- Si las dudas no te dejan en paz en momentos que deberían ser de calma, como el sueño o tu momento de meditación u oración, o incluso durante tu práctica de asanas.
- Si debido a las dudas constantes sueles abandonar aquello que emprendes o no concluyes nada de lo empezado.
- Si en una conversación importante nunca llegas a ningún resultado debido a un cuestionamiento constante de cada aspecto de la conversación.
Como siempre, para remediar esto, el Yoga de Patañjali nos propone el método de Pratipaksha Bhavana, o desarrollar la cualidad opuesta. La cualidad opuesta a la duda es la fe o Shraddha. La fe no es una creencia ciega sin fundamento, como se dice hoy día. Fe es aprender a escuchar la débil voz que, sin que la mente se entrometa, nos susurra que las verdades dadas en los Vedas y en la Enseñanza del Guru son ciertas.
De nuevo, al contrario de lo que se piensa, la fe no es algo externo a nosotros, que debemos adquirir. No hay nada que no esté ya dentro de nosotros. La fe ya existe en algún grado en nosotros mismos. Nuestro trabajo es desarrollarla.
Otro aspecto es que para escuchar la voz de la fe, debemos abandonar la idea de supremacía del ego. La fe no crece porque pensamos que nuestra razón o mente pensante es suprema, y no hay autoridad más allá de ella. Siguen ahora algunos consejos para eliminar la duda y alimentar la fe.
- La duda a menudo persiste por una vida espiritual demasiado centrada en la teoría y poco dada a la práctica. El Karma-Yoga es el remedio ideal para esto: Haz algo por los demás con vocación de servicio. Puede ser asistir en un templo, o ayudar en un comedor social, un hospital, o cualquier otra ayuda al prójimo. Hazlo no con idea de estar ayudando a los demás, sino a ti mismo. Esto hará reales las verdades espirituales en ti.
- No dejes de practicar tu sadhana, ya sean asanas, pranayama, meditación, japa etc. Cuanto más practiques, más se disipará la duda.
- Canta el Nombre Divino o el mantra siempre que puedas. Si durante el día no eres capaz de hacerlo, dilo siempre antes de acostarte y en el momento de despertarte. El poder del mantra despertará en ti una poderosa sensación divina.
- Reúnete siempre que puedas con devotos. Acude a servicios religiosos o eventos espirituales. El ver el resultado de la devoción en otras personas desarrollará en ti el deseo de crecer espiritualmente. Además, hay una gran fuerza contagiosa en la compañía de hombre sy mujeres devotos.
- Cuando la duda te aceche, apártala. Si hay un tema del cual no puedes decidir entre una u otra opción, no pienses que es una duda. Piensa simplemente que aún no tienes suficiente información para decidir apropiadamente. Recaba más detalles sobre el asunto en cuanto puedas, pide consejo a otras personas, y una vez considerados todos los aspectos, decide.
- Si a pesar de haber visto todos los aspectos de un asunto no encuentras una solución adecuada, y el resultado permanece fuera de tu control, toma la decisión que según tu intención y razón sea más beneficiosa para todos. Entrega el resultado de lo que suceda a Dios. No te preocupes por el resultado. Hiciste lo que buenamente pudiste y creíste adecuado en ese momento. El resto no está en tus manos.
- Lee las Escrituras como si fuera una meditación, siguiendo y aceptando el texto con absoluta atención. Evita buscar fallos o incongruencias en el texto mientras lo lees. Luego podrás reflexionar sobre él, buscar dudas y preguntar a los maestros o los eruditos sobre su significado, pero en el momento de estudiarlo, acepta la Escritura plenamente. Para este fin, es especialmente recomendada la Bhagavad Gita.
- Si tienes un Guru, sírvelo y hazle preguntas reverentemente. Pídele que te encargue un servicio y cúmplelo aunque no te guste. Al realizar este trabajo, experimentarás cómo el ego se deshace lentamente y la fe florece.
Recuerda que la duda es como un cuchillo: dependiendo de que se sujete por el filo o el mango, hiere o ayuda a la mano que lo usa. De forma similar, la intención con la que la duda aparezca es determinante para lograr o no resultados en el sadhana. Y como siempre, no te des por vencido jamás. La meta divina está asegurada para todos más tarde o más temprano. Esto sí es algo en lo que puedes confiar siempre.
Shloka:
tasmād ajñāna-sambhūtaṁ
hṛt-sthaṁ jñānāsinātmanaḥ
chittvainaṁ saṁśayaṁ yogam
ātiṣṭhottiṣṭha bhārata
Por lo tanto, destruye con la espada del conocimiento la duda, nacida de la ignoranciay que habita en tu corazón y refúgiate en el Yoga ¡Levántate, oh, Arjuna!
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