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La "Sal Dulce", un don de los Dioses

Una de las grandes aportaciones de la cultura védica al mundo es la invención del azúcar como alimento. Cuando Alejandro Magno se aventuró en las tierras de India, fue informado por su oficial Nearco de que los indios eran capaces e fabricar miel “sin ayuda de las abejas”. En realidad los antiguos indios habían aprendido a extraer el dulce jugo de la caña de azúcar y convertirlo en un sirope, el cual era muy apreciado, no sólo como alimento sino también como medicina.

 

No sería hasta siglos después, durante la Edad Media que aprendieron a cristalizarla, dándole el aspecto de minúsculos granos blancos que posee hoy día. Por supuesto este azúcar era muy diferente (y mucho más sano) que el actual azúcar procesado de los grandes almacenes. Los chinos lo llamaban “nieve blanca”, y los templarios, que lo conocieron por mercaderes persas en las cruzadas le dieron el peculiar nombre de “sal dulce”. El nombre sánscrito de este azúcar cristalizado en realidad es Sharkara, que derivó en el persa “shukkar”, y de ahí el inglés “sugar” y el hispano “azúcar”. Otra interesante etimología es la de la porción de azúcar que en sánscrito es llamada Khanda (literalmente “porción”) de donde vendría el inglés “candy” (caramelo) y el español “cande”.

Más allá de elementos históricos, el azúcar tiene también su significado espiritual en la religión védica. La caña de azúcar tiene un gran simbolismo y es utilizada como atributo de deidades benéficas como el Señor Ganesha. En Sus manos, la caña de azúcar o Ikshukanda representa el dulce gozo de la devoción a los Dioses, así como la fertilidad y el buen auspicio.

 

Otro simbolismo de la caña de azúcar está en el arco de Kamadeva, el dios del amor conyugal. Su arco con el cual lanza las flechas del amor está fabricado precisamente de este material. La metáfora de la dulzura en el enamoramiento es obvia, pero esconde un secreto más: la caña de azúcar es más dulce en el centro que en los extremos. Esto significa que el amor se vuelve más dichoso cuanto más tiempo pasa, la relación se hace más estable y menos pasional.

 

Otras muchas deidades del hinduismo portan la caña de azúcar en sus manos, y no sólo Ganesha. La Madre Kamakshi y Menakshi, la Diosa regente de Madurai son representadas a menudo con una gran caña de azúcar en Sus manos. Esto denota siempre el carácter benéfico de estas Deidades. Nutren y alimentan a Sus devotos. En el festival de Makara Sankranti, o Pongal, el momento en el que el Sol inicia su camino hacia el sur, se celebran grandes festividades relacionadas con la cosecha. La ofrenda central es la caña de azúcar, considerada altamente auspiciosa. También, el azúcar en polvo es una de las sustancias con las que se hace el baño ritual o Abhishekam a las divinidades. En ocasiones incluso las mismas imágenes de las deidades son fabricadas exclusivamente con cañas de azúcar. El azúcar natural es una fuente de energía y alimento que no pasa desapercibida por los devotos hindúes, pero, en las manos de los dioses nos muestra una enseñanza importante: debemos ser como ella, firme y fuerte en el exterior, pero llena de dulzura en su interior.

 

Shloka:

Adharaṃ Madhuraṃ Vadanaṃ Madhuraṃ

Nayanaṃ Madhuraṃ Hasitaṃ Madhuraṃ

Hṛdayam Madhuraṃ Gamanaṃ Madhuraṃ

Madhurādhipater-Akhilaṃ Madhuraṃ

 

Dulces son Sus labios y dulce Su semblante.

Dulces son Sus ojos y dulces Sus sonrisas.

Dulce es Su corazón y dulce Su aspecto.

El Señor de la dulzura es completamente dulce.

El Señor Sri Krishna es completamente dulce

 

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