En el sistema de Yoga propuesto por Patañjali la fuerza se retira hacia dentro y se concentra gradualmente para lograr la universalidad del Ser, que es la instalación del Purusha (Espíritu) en Sí mismo. Este sistema comienza con los Yamas y los Niyamas, que son prácticas relacionadas con la forma exteriorizada de la conciencia cuando se mueve en términos de relaciones sociales, y con la exteriorización de esa misma conciencia en relación con el cuerpo. Un paso más en el recorrido de esa práctica adopta la forma de disciplina del propio cuerpo. Esta práctica se llama Asana. Los Yoga Asanas son tan conocidos, especialmente en nuestros días, prácticamente en todo el mundo, que casi han tendido a reemplazar los objetivos del Yoga propiamente dicho, y mucha gente se imagina que los propios Yoga Asanas son la meta del Yoga. Esta tergiversación del significado de los Yoga Asanas se debe al excesivo énfasis que se pone en su práctica, ignorando que su utilidad más importante se cifra en la disciplina interna del organismo entero con un objetivo más noble. Yoga no significa Yoga Asanas, aunque los Yoga Asanas constituyan un miembro muy importante de la práctica de Yoga. Este elemento de la práctica es necesario porque estamos vitalmente relacionados con el organismo corporal.
Hay casi infinitas relaciones de la conciencia en este mundo del espacio y el tiempo, y la forma primordial de exteriorización de la conciencia es la llamada conciencia corporal. La conciencia ha bajado más y más, en un descenso gradual desde su estado universal, gravitando hacia expresiones cada vez más densas, hasta que se ha vuelto muy pesada, cargada de materia, casi identificándose con la propia materia. Eso es la conciencia corporal. No podemos evitar sentir que somos el cuerpo. Creemos que no somos nada más que eso, ¡sólo somos eso! Es una situación muy desafortunada porque es el peor de los estados a los que ha descendido la conciencia. En este estado, la conciencia se ha encerrado en la materia, se ha identificado con ella, se ha convertido en materia. Se ha enajenado bajo la forma de un cuerpo. El sujeto se ha convertido literalmente en el objeto. Y, lo que es aún peor, después se ha alejado hasta de la conciencia del cuerpo en las distintas relaciones sociales. Hay que tener en cuenta todas estas situaciones –que podemos llamar mórbidas- de la conciencia en el movimiento inicialmente confuso de vuelta al estado universal que es el Purusha primario, prístino. Como la conciencia del cuerpo es uno de los niveles de experiencia, una de las etapas por las que ha descendido la conciencia y una de las etapas por las que debe pasar en su ascenso, la disciplina del cuerpo, de los sistemas muscular y nervioso, es sumamente importante.
Los ejercicios llamados Yoga Asanas han atraído la atención de la gente de todo el mundo por una razón muy importante. Hay una diferencia muy importante entre la meta de la práctica de los deportes externos, en especial los de tipo occidental, y los ejercicios físicos y la meta de la práctica de los asanas. Hay una tremenda diferencia entre la intención que anima la práctica de los Yoga Asanas y la práctica de deportes como el cricket y el fútbol. En los juegos ordinarios se produce una exteriorización de la energía, mientras que en los Yoga Asanas hay una interiorización de la energía. Después de practicar deportes se siente uno agotado, pero después de una sesión de Yoga Asanas uno se siente energetizado. El ejercicio físico enérgico produce respiración agitada, sudor y un ritmo rápido del corazón. El aliento va a galope tendido en los juegos exteriores. En los Yoga Asanas no sucede nada de eso. Por el contrario, después de los Yoga Asanas, el aliento se serena, se calma, y el corazón no late violentamente como sucede en deportes, y no hay sudor ni agotamiento. En lugar de cansancio hay satisfacción. Estos son algunos de los síntomas e indicadores externos que distinguen los Yoga Asanas de los juegos corrientes.
Además de esta diferencia, los Yoga Asanas tienen un significado espiritual. Si se los interpreta meramente como otro sistema de ejercicio físico, los Yoga Asanas no parecen tener relación alguna con la espiritualidad; pero en realidad, todo lo relacionado con el Yoga está de un modo u otro relacionado en último término con la intención espiritual. Ésta es la peculiaridad de la cultura de la India. Todo tiene alguna relación con el espíritu, hasta el menor ritual cúltico y el menor gesto de adoración, de estudio o de práctica. Porque la cultura de la India tiene una gran meta ante sí: espiritualizar todas las actividades. Y según esto, ninguna acción mundana puede estar desprovista del elemento del espíritu. Por eso, hasta el asana es un ejercicio espiritual, aunque no sea fácil entender cómo puede considerarse espiritual un ejercicio físico. El asana es espiritual por la intención con la que se realiza su práctica, el objetivo con que se realiza y, especialmente, por el efecto que produce en la mente. El sistema de Hatha Yoga tiene una lista de muchos asanas –ochenta y cuatro principales-, todos los cuales intentan lograr la flexibilidad de las distintas partes del cuerpo, de modo que ninguna parte o miembro del cuerpo ejerza ninguna clase de tensión inadecuada que provoque dolor e incomodidad. En lugar de que el cuerpo nos controle, nosotros tenemos que controlarlo a él. Generalmente el cuerpo nos controla porque tiene sus propias peculiaridades y predilecciones. El cuerpo nos duele cuando no lo atendemos según sus exigencias; pero, si tenemos alguna clase de control sobre las funciones del cuerpo, se somete a nuestras exigencias, en particular cuando queremos estar sentados largo tiempo para la meditación y el japa (repetición del mantra).
Shloka:
buddhi-yukto jahātīha
ubhe sukṛta-duṣkṛte
tasmād yogāya yujyasva
yogaḥ karmasu kauśalam
El dotado de sabiduría desecha en esta vida tanto las buenas como las malas acciones. Dedícate, pues, al Yoga. El Yoga es la destreza en la acción.
Escribir comentario