Hay miles de definiciones sobre el Dharma en diferentes y múltiples Escrituras del Hinduismo. Hay también muchos tipos de Dharmas. Hay un Dharma personal o Sva-Dharma, un Dharma general o Samanya-Dharma, un Dharma específico o Vishesha-Dharma, un Dharma para cada época o Yuga-Dharma, y muchos más. Sin embargo, todos los textos están de acuerdo en que el Dharma es aquello que sostiene la sociedad, y más aún, la vida. Sin el Dharma, o el camino recto, la vida sobre la tierra perecería rápidamente. Las religiones basadas en el Dharma como el Budismo y el Hinduismo, siguen una serie de preceptos que les ayudan a cumplir este camino universal, para beneficio de todas las criaturas.
En el Dharma Hindú, hay tres grandes pilares que sostienen el Dharma; Son Yajña o sacrificio, Dana o dádiva, y Tapah, o austeridad. El Señor Krishna dice en la Bhagavad Gita:
yajña-dāna-tapaḥ-karma
na tyājyaṁ kāryam eva tat
yajño dānaṁ tapaś caiva
pāvanāni manīṣiṇām
(B.G. XVIII; 5)
Las acciones de Sacrificio (Yajña), Dádiva (Dana) y Austeridades (Tapah) no deben abandonarse, sino que deben hacerse. En verdad, el sacrificio, la dádiva y las austeridades son los purificadores de los sabios.
De estos tres pilares, hoy hablaremos sobre el Yajña. La palabra Yajña viene de la raíz yaj-, sacralizar, adorar ao sacrificar. Significa sacrificio, la cuales la palabra en castellano más apropiada para su traducción. Si observamos la etimología de esta palabra,, viene del latín “sacro” o sagrado y “facere” o hacer, es decir, que alude al hecho de convertir una acción en algo sagrado. Esta es en resumen la esencia del Yajña.
Tradicionalmente se llama Yajña a los sacrificios de fuego, en los cuales se construye un altar cuadrangular y se establece un fuego sagrado que va devorando las ofrendas que en él se vierten. Dichas ofrendas suelen ser de arroz, trigo, mantequilla clarificada, leche y flores. El fuego es levantado sobre maderas secas o samidha. A través de los mantras, el fuego es invocado como la boca del Señor Vishnu, por lo tanto esta ceremonia es una manera de adorar y ofrecer a Dios.
La conexión con la idea del sacrificio está clara. Antes del ritual, las flores son sólo eso, la madera y el arroz no son sino materia. Al pasar por el fuego sagrado y con la consagración por medio de los mantras, todos estos materiales se convierten en Vibhuti (esplendor) o ceniza sagrada, que es colocada en nuestras frentes para purificarnos. De modo similar, nuestras acciones tales como comer, beber, dormir, relacionarnos, etc., no son sino acciones mundanas, pero cuando pasan por el tamiz del Amor a Dios y al prójimo se convierten en Yajñas, en acciones sagradas.
El yajña tiene tres componentes, a saber:
- Yajana: ofrenda o donación. Estas son las ofrendas que se hacen al fuego agrado, tal como las que se han explicado antes, a fin de “alimentar” a Dios o a los Dioses.
- Yacana: petición o intención. Es el motivo con el cual se lleva a cabo el ritual. Hay Yajñas para tener hijos, para mejorar la economía, o por el simple beneficio general de la gente.
- Yujana: armonía o equilibrio. Esto significa que el ritual debe comportar un restablecimiento del equilibrio, es decir, nos ayuda a integrarnos en el orden del cosmos.
De forma similar, la acción agrada que llamamos yajña, también tiene una ofrenda, pues no podemos realizar ninguna acción sin dar algo de nosotros, ya sea nuestro tiempo, esfuerzo o dinero. También hay una intención; esta es la parte más importante. La acción debe estar dirigida a beneficiar a alguien o servir a un propósito superior. Esto es lo que sacraliza la acción, la idea de actuar no por beneficio propio, sino como servicio a la Divinidad. Por último, la acción sagrada debe crear armonía. Debe ser causa de unión y no de división. En resumen, debe contribuir a que el mundo sea mejor.
Debido a que a veces es difícil saber qué acciones son las adecuadas, las Escrituras nos informan de cinco grandes Yajñas en los cuales se engloban todas las acciones que debemos realizar para sacralizar nuestras vidas:
- El Brahma Yajña, que consiste en el estudio de las Escrituras, recitación de los mantras y meditación.
- El Deva Yajña que consiste en los rituales a los Dioses, la oración y la adoración.
- El Pritri Yajña, que consiste en la veneración y respeto a los antepasados, y la honra a nuestro linaje.
- El Bhuta Yajña, que consiste en cuidar y respetar a todas las otras criaturas del mundo, alimentando a los animales, cuidando el ambiente, no tomando parte en matanzas animales, etc.
- El Manusya Yajña, que consiste en alimentar al hambriento, dar de vestir al desnudo, consolar a quien está afligido, y toda ayuda que pueda darse al prójimo humano.
Los dos primeros Yajñas son acciones que nos permiten estar en comunión con el mundo espiritual, comunicarnos con los dioses y conocernos más profundamente a fin de tener una mente clara y pura. El Pitri Yajña nos hace conscientes de nuestra conexión con la familia, nuestros mayores y ancestros. Los Bhuta y Manusya Yajña, por último, abren esta conexión a los demás seres, y no sólo a los familiares. Nos hacen pratícipes de un mundo sagrado en el que todo está conectado a través del gran Alma Suprema, el Sutradhara, el cordón dorado que une todas las perlas del collar, o Parameshvara, el Dios de toos los dioses.
De este modo, las acciones que nos conectan con nuestros semejantes y con la Divinidad, hechas desde una intención altruista y servicial y con ánimo de beneficiar al mundo son llamadas Yajñas. Este es el primer pilar del Dharma Védico o Hindú, que sacraliza nuestras acciones y nos prepara para la vida espiritual.
(continuará con Dana)
Shloka:
yajñārthāt karmaṇo ’nyatra
loko ’yaṁ karma-bandhanaḥ
tad-arthaṁ karma kaunteya
mukta-saṅgaḥ samācara
todas las acciones encadenan al que las hace, excepto aquellas hechas como un sacrificio a Dios, oh, hijo de Kunti. Actúa, por lo tanto sin apego, sólo por Él.
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