Resulta muy difícil definir qué hace exactamente a alguien hinduista o hindú. No es la procedencia, puesto que hay hindúes de casi todos los países del mundo, e indios que practican el budismo, el islam u otras religiones. Las creencias del hinduismo, además, son muy heterodoxas. Para complicar más el asunto, hay quienes reciben iniciación espiritual de maestros hindúes, siguen su sistema de creencias, pero no se consideran a sí mismos hindúes. Por eso, hay quien dice que lo que realmente hace a un hindú es la autoafirmación, es decir, el hecho de que se reconozca a sí mismo como formando parte de la tradición védica, hinduismo o Sanatana Dharma, o de alguna de sus ramas.
Formalmente, sin embargo, lo que en general define a alguien como hindú, es entrar en una de sus denominaciones, a través de la iniciación espiritual o del rito de paso conocido como Namakarana Samskara, o imposición del nombre hindú. Este ritual puede ser llevar a cabo por un maestro espiritual, un sacerdote o pujari, o en caso de faltar estos, alguien cercano, como un familiar o amigo que profese el hinduismo desde hace tiempo y sea capaz de realizarlo.
De un modo u otro, hay una serie de prácticas que son, si no comunes a todos los hindúes, sí muy generalizadas. Son lo que se conoce como Pancha Nitya Karma, o cinco deberes eternos, llamados así, porque el devoto debe llevarlos a cabo durante toda su vida. No falta quien afirma que estos cinco deberes son los pilares que sostienen la vida espiritual del hinduismo, siendo los siguientes:
1. DHARMA: Dharma puede traducirse de muchas maneras, pero en este caso podríamos entenderlo como ”conducta correcta”. Dharma es el código de conducta que un hindú debe seguir a lo largo de su vida, que puede variar según su tradición, las Escrituras que siga o su ocupación. A grandes rasgos el hindú debe ser honrado, veraz, compasivo y buscar el bien común en todas las circunstancias.
2. UPASANA: Upasana es el culto diario. Tradicionalmente se refiere a las oraciones o rituales que se llevan a cabo en el templo o en el altar familiar. Sin embargo, en un sentido más amplio, puede considerarse upasana como la práctica regular de meditación, repetición de mantras o cualquier acción que acerque al devoto a la Divinidad. El estudio de las Escrituras también puede considerarse dentro de este grupo. El hindú debe llevar a cabo esta práctica para mantener viva su devoción y deseo de crecimiento espiritual.
3. UTSAVA: Utsava son los días sagrados. Esto quiere decir que el hindú observará los días de festividades espirituales tales como Mahashivaratri o Janmashtami. Sin embargo, también se aplica a la idea de que debemos reservar algunos días en el curso de nuestra ocupada vida, para el recogimiento y el descanso. Esta es una manera de buscar espacios sagrados dentro de nuestra vida familiar y social.
4. SAMSKARA: Los Samskaras son rituales de paso, que podríamos comparar a los sacramentos del cristianismo. El hindú sacraliza su vida por medio de ceremonias que dan testimonio de los momentos importantes, tales como el nacimiento, el matrimonio, defunción, etc. A menudo, cuando no hay disponible un sacerdote o un maestro, estos rituales son llevados a cabo por miembros de la familia según sus posibilidades y grado de comprensión.
5. TIRTHAYATRA: Un Tirtha es un lugar santo (generalmente en el que hay un río o lago). Tirthayatra es una peregrinación o viaje sagrado. Tradicionalmente, los hindúes peregrinan al menos una vez en su vida a lugares santos tales como Varanasi, Kedarnath, Vrindavan o Rishikesh. No obstante esto, es muy difícil por ejemplo para un hindú europeo hacer estos viajes, de modo que en un sentido amplio, el visitar un templo, un ashram o a un maestro que se hallen lejos, puede considerarse también como Yatra. El punto es hacer un esfuerzo externo por acercarse a lo Sagrado, por lo cual, según las posibilidades de cada uno, cualquier movimiento hacia esta dirección puede ser un Tirthayatra.
De este modo, el devoto hinduista, enfoca su vida hacia lo espiritual, consiguiendo que su culto no sea parte de una religión únicamente formal, seca y muetta, sino profundamente viva, bañando así todos los aspectos de su ser. El hindú vive por tanto en un mundo donde todo es sagrado, digno de respeto y orientado hacia la realización del Ser Supremo.
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